La idea de crear el Ara Pacis nació cuando el Senado romano, en el año 13 a.C, tomó la decisión de erigir un altar como agradecimiento de las exitosas campañas del emperador Augusto en la Galia e Hispania.
El Ara Pacis es un antiguo templo que fue dedicado a la diosa de la Paz y levantado en el Campo de Marte, una vasta zona fuera de la muralla que daba acceso a la ciudad de Roma desde las tierras del norte.
Y aunque es cierto que Augusto alcanzó el poder al finalizar una sangrienta guerra civil, también lo es que de igual modo supo aportar a Roma la estabilidad política y social de la que carecía y que, más adelante, sería capaz de convertirse en la dueña del Mediterráneo.
En el Ara Pacis año tras año se sacrificaba un carnero y dos bueyes en su altar, un lugar al que acudían las legiones para practicar los ritos de purificación al regreso de la batalla.
Cómo es el Ara Pacis
El Ara Pacis es una construcción que presenta dos entradas orientadas originalmente al Este y al Oeste: una frontal que mira al Este, precedida de una escalinata para el sacerdote que oficiaba el rito, y otra posterior para las víctimas del sacrificio mirando hacia el Oeste.
La decoración escultórica del edificio es lo más destacado y digno de admiración. En su interior, el centro está ocupado por un altar envuelto de una estructura cerrada hecha en mármol de Carrara y rodeado por un friso decorado con guirnaldas y bucráneos.
Mientras que, en la parte exterior, los zócalos están recubiertos por roleos de acanto y grecas, unidos a la decoración de ‘candelieri’ en la zona de las pilastras interiores y exteriores.
Sin embargo, los frisos de la parte exterior poseen una decoración diferente según se ubiquen; por un lado en los muros laterales es posible admirar los personajes que van a la procesión en la cual se representa a Augusto, su familia, amigos, magistrados y senadores.
En este impresionante conjunto de retratos se puede apreciar una clara influencia del Friso del Partenón, pero sí que es cierto, que la procesión está representada con más orden.
«La combinación de altorrelieves con medio y bajorrelieves ayudan a crear la sensación de profundidad».
Por otra parte, flanqueando las puertas, podemos encontrar cuatro alegorías que están relacionadas con el mito alrededor de la fundación de Roma.
De las cuatro alegorías originales solo se han conservado casi por completos dos; por un lado una que representa a Eneas y, por otro, con mucho mejor estado de conservación, a la Tierra (la diosa Venus) representada como una mujer con dos niños.
Ésta se encuentra flanqueada por los genios fertilizantes del Agua sobre un monstruo marino y del Aire sobre un cisne acompañados por figuras que representan frutos y animales, que van relacionadas con la paz y prosperidad dadas por Augusto.
El Ara Pacis en la actualidad
Desde el año 2003 el monumento se encuentra en el nuevo Museo del Ara Pacis Augustae inaugurado ese mismo año. Esta es una obra de Richard Meier, un arquitecto estadounidense.
El proyecto está dividido en tres sectores principales que ayudan a modular el contraste entre la luz y la sombra, es por ello que este museo cumple con los más modernos criterios de conservación.
El altar está encerrado por una estructura de vidrío templado compuesto de dos capas de 12 milímetros y una tecnología óptima que guarda correctamente la relación entre lo estético, la transparencia, y el aislamiento térmico y acústico que lo protege.
En el interior del museo tenemos un sofisticado equipo de aire acondicionado que controla en todo momento las condiciones térmicas y de humedad, factores muy importantes para la buena conservación de piezas arqueológicas.
Sectores principales del museo
Primer sector: Lo encontramos después de la escalinata en forma de una galería asimétrica y protegida de la luz natural.
Segundo sector: El simétrico pabellón central que guarda el Ara Pacis donde la luz natural se filtra mediante el cristal templado.
Tercer sector: Son unos espacios reservados a exposiciones temporarias, diversos temas arqueológicos y además un auditorio de dos plantas.
Asimismo, esta zona incluye una cafetería con vistas privilegiadas al Mausoleo de Augusto al este y hacia el oeste al río Tíber. Para los que queráis descansar un poco antes de continuar con la visita a Roma.
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